Seguimos el viaje.



Riel tras riel, durmiente tras durmiente,
nuestra locomotora-serpiente devora las distancias,
vamos llegando ya al corazon de Alemania.
Leinach, Zellingen, Karldstadt, pequeños pueblos quedan atras.
nos acercamos al corazon de Alemania,
nuestro cargamento de hombres sin preparacion avanza
vamos todos con la misma incertudumbre,
que cosa iremos a encontrar en nuestros destinos.
La imaginacion nos juega malas pasadas
en las que siempre terminamos terriblemente mutilados,
bueno eso para las tropas de infanteria,
en nuestro caso siempre moriremos ahogados,
es la suerte del tripulante de submarinos.
La verdad es que igual el viaje en tren es tranquilo,
me pregunto si despues de la guerra sera igual
y podremos movernos por nuestro pais asi como ahora.
Creo que mejor dormire un rato mas.